viernes, 3 de agosto de 2007

Como comportarse en el automovil

En el automóvil es un lugar donde se debe ser especialmente cuidadoso en el mantenimiento de los buenos modales, ya que es muy frecuente que dentro del coche se produzca una transformación terrible de la personalidad.

Personas normalmente tranquilas, apacibles y educadas, una vez al volante se convierten en violentos, pendencieros y guerrilleros.

En el automóvil, tanto de conductor como de pasajero, hay que seguir y respetar unas reglas básicas de urbanidad.

En todo caso, vamos a comenzar por algo previo a todo ello, el propio mantenimiento del coche.
Mantenimiento del coche

El automóvil es parte de su hábitat y, por tanto, debe mantener en él su seña de identidad:

Mantenga su coche limpio, tanto por dentro como por fuera.

Es su obligación tener su automóvil en perfecto estado de mantenimiento, por su conservación y, sobre todo, por su seguridad. Esto es especialmente importante si lleva usted pasajeros.
Sea discreto en su decoración:

En principio, evite cualquier tipo de pegatina, y si fuera superior a su fuerza elija alguna lo más discreta posible. Evite "cursilerías", del tipo " Yo amo Benajudilla del Arroyo ", o incluso algo ordinarias " No me toque el pito que me irrito ".

Evite colocar en la parte de atrás un perro al que se le mueve la cabeza, o un semáforo al que se le encienden las luces.

Absolutamente prohibido cojines, visillos, persianas, e incluso fundas de bolitas para los asientos.
Prohibido bocinas con melodías incorporadas.

Su coche dispone de las luces que su fabricante estimó oportuna, no lo convierta en una discoteca rodante.

No "metamorfosee" su coche. Si usted se ha comprado un utilitario, es eso un utilitario y nada más, no trate de convertirlo en una especie de platillo volante con todo tipo de faldones, alerones y otros diversos complementos.

En cuestión de colores, cada uno según su gusto, pero si pudiera evitar el "amarillo limón", el "verde turquesa", el "naranja butano", y otros por el estilo, sus paisanos se lo agradecerán.
Comportamiento del conductor

Primera norma básica: respete escrupulosamente las señales de tráfico y los límites de velocidad. Si están ahí será por algo, no olvide que puede poner en peligro no sólo su vida, sino (y lo que es más importante aunque usted no se lo crea) la vida de otros.

Trate de facilitarle la labor al resto de conductores:

Si otro conductor quiere incorporarse, sea usted un caballero y cédale el paso. Si es a usted a quien se lo ceden, agradézcalo con una gesto de la mano.

Si un camión le facilita el adelantamiento haciéndole señales con los intermitentes, agradézcaselo con un toque de bocina.

Si hay un conductor en apuros parado en el arcén sin que nadie le preste asistencia, detenga el coche y ofrézcale su ayuda.

Si alguien viene de frente y le deslumbra, no se ponga como un energúmeno a hacer cambios de luces, indíqueselo con un par de destellos.
Si viaja usted con pasajeros, hágales el viaje lo más cómodo posible:

El asiento delantero derecho se reserva a la persona de mayor relevancia (se excluye de este ranking al conductor).

Conduzca con una velocidad prudente: no les lleve con el alma en vilo.

No sea brusco en su conducción: evite giros violentos, aceleraciones y frenadas. En definitiva, trate de no que no se mareen.

No ponga la radio sin preguntar primero, y, en todo caso, póngala a un volumen moderado (es un coche, no una discoteca).

No baje la ventanilla sin pedir permiso, y aun obteniendo dicho permiso, valore en que medida puede estar usted molestando (un rechinar de dientes que provenga del asiento trasero puede ser una buena pista).

No ponga la calefacción sin consultar primero. En todo caso, pregunte cada cierto tiempo qué tal se encuentran, si prefieren más o menos calor, música, etc.

Si usted fuma, no lo haga si tiene la más mínima sospecha de que puede molestar. En todo caso, pregunte antes de fumar.

Si es el pasajero quien fuma, invítele a que lo haga sin esperar a que se lo pregunte. Si viaja usted con varias personas, debe procurar que no se fume si considera que a alguien le puede molestar.

Cada cierto tiempo pregunte si alguien quiere hacer una parada. No espere a que la gente esté con las lágrimas saltadas, mordiéndose los labios y cruzando las piernas cual contorsionistas, para no "mearse" en el coche.

Pagar el peaje o la gasolina es obligación exclusiva del dueño del coche, por lo que no permita colaboraciones. Los demás que inviten, si quieren, al café, al bocadillo, etc.
En caso de estudiantes, compañeros que van juntos todos los días al trabajo, etc., esta regla no se aplica.

Cuando se disponga a entrar en el coche, si va usted con pasajeros sepa que es el conductor el último que entra: primero abra las puerta a los acompañantes y en último lugar entre usted.

En caso de colisión con otro coche, no se ponga usted como una fiera: actúe con serenidad, y si no está de acuerdo con la interpretación del otro conductor, ya habrá tiempo de discutirlo en los tribunales.

El claxon está reservado para ocasiones muy especiales (bodas de plata, primer hombre en la Luna, etc.). Así que no se apoye con el codo en el claxon, ni lo utilice a diestro y siniestro.

Y, por último, prohibido lanzar objetos diversos por la ventanilla.

Propinas

Dar propinas es un acto de cortesía, como agradecimiento por la especial atención recibida. Hay que desechar la idea que considera la propina como un acto de paternalismo que implica cierta humillación para la persona que la recibe.

La propina debe ser un acto discrecional, con el que se premia la calidad del servicio recibido, por tanto, no debe ser algo automático, ya que perdería su sentido de premio.
Su cuantía debe ser del importe apropiado, según los usos del lugar:
Ni muy reducida que enfademos al que la recibe, ni muy elevada que salga todo el personal del restaurante a rendirnos pleitesía, al tiempo que se preguntan quien es ese "chalado" tan dadivoso.

En cualquier caso, si hubiera duda, más vale pasarse que quedarse corto.
Está muy extendida en los restaurantes la costumbre de dejar como propina un 10% del importe de la cuenta.

Dar una propina no puede ser la ocasión de deshacerse de toda la calderilla (moneda suelta de escaso valor). Hay que tratar de darla en la moneda más cómoda para el que la recibe.

¿A quién hay que dar propina? Entre otros a:
Camareros
Taxistas
Mensajeros
Repartidores de pizza
Acomodadores de cine
Mozos de hoteles
Peluqueros
Cuando se viaja al extranjero hay que preocuparse por conocer cuales son las costumbres del lugar. En ciertos países la propina llegar a ser casi "obligatoria".

Sea precavido y lleve el importe de la propina preparado cuando prevea que la ocasión se puede presentar.

La excusa "Disculpe, pero no llevo nada, la próxima vez...", no es más que eso, una excusa, denota falta de previsión y, además, "molesta" una barbaridad.

Ceder el paso

El ceder el paso es una regla básica de cortesía, aunque cada vez se estila menos:
¿Cuando hay que ceder el paso? La respuesta es SIEMPRE (aunque luego mencionaremos algunas excepciones).
El ceder el paso es especialmente obligado en los siguientes casos:

El hombre cederá siempre el paso a la mujer (aunque ésta sea su suegra).
El joven cederá siempre el paso a la persona mayor.
El subordinado cederá siempre el paso a su jefe (por lo que pudiera pasar).
Pero también hay que cederse el paso entre personas del mismo sexo:
Los hombres entre sí y las mujeres entre sí se deben también ceder el paso.

No obstante, esta regla tiene algunas excepciones:

Cuando se entra en un restaurante, el hombre entrará delante, para pedirle al camarero una mesa y también porque resulta incomodo entrar en estos locales y que todos los comensales se nos queden mirando (hay que evitarle ese mal trago a la mujer).

Cuando se entra en un taxi, el caballero pasa delante: no obligue a su señora tener que arrastrarse por el asiento, cual reptil, hasta alcanzar la ventanilla contraria.

Cuando se baja una escalera, el hombre irá delante: por si la mujer tropezara y cayera poder salvarla, acogiéndola en sus recios brazos.

No se está obligado a ceder el paso en las colas del autobús, del cine, del teatro, de la carnicería. Prima el principio de "Primero que llega, primero que pasa". Eso si, se cederá el paso inexcusablemente a una persona de edad, a una mujer embarazada o a un enfermo.

¿Y cuando se llevan pasajeros en el coche?

Lo correcto, antes de subir al coche, es dirigirse en primer lugar a la puerta del copiloto, abrirla para que el invitado pase, especialmente si es una mujer, ayudarle desde fuera a cerrar la puerta y sólo entonces subir al coche.

jueves, 19 de julio de 2007

Puntualidad



La puntualidad es una norma básica de educación:

No se puede ser más o menos puntual, hay que ser siempre puntual.

La puntualidad ha de estar presente tanto en el trabajo como en la vida social:

Ni se puede llegar tarde a una reunión de trabajo, ni tampoco a una cena (por mucha confianza que tengamos con el anfitrión).

Y también, la puntualidad rige tanto para el invitado como para el anfitrión:

Ni el invitado puede llegar tarde a una cena, ni tampoco el anfitrión puede recibir a los invitados sin tenerlo ya todo dispuesto.

No le pida a un invitado que vaya cortando el pan, ni a otro si no le importaría ir a comprar el hielo. Tampoco reciba a sus invitados con una toalla reliada en la cintura, dejando un reguero de agua por todo el pasillo.

Tan malo es el retraso, como llegar antes de tiempo (incluso puede que esto sea peor):

Si le han citado a las 10 de la noche, haga el favor de no presentarse a las 9,30 y "pille" a la señora de la casa todavía con los rulos puestos.

Hay quien opina que lo cortés es llegar con un retraso de unos 15 minutos, dándole margen a los anfitriones por si fueran retrasados. Esta opinión es discutible, pero, en todo caso, nunca más tarde de un cuarto de hora.

Sea consciente de que por su tardanza se puede enfriar y "echar a perder" esas delicias que con tanto esmero ha estado toda la tarde preparando la anfitriona (conseguirá que le odie).

Cuando se organiza una comida o cena en casa se suele dar media hora de cortesía a los invitados. Así, mientras van llegando los primeros se ofrece un aperitivo, dando tiempo a los más rezagados para que se vayan incorporando.

Pasada la media hora se pedirá a los invitados que pasen a la mesa. No haga esperar a todo el mundo por culpa de un amigo tardón.

Si la cita es en un restaurante, se esperará a los invitados en la barra o sentados en la mesa:

Se podrá tomar una bebida, pero no comience ya a picar (reprima su apetito insaciable)

Si, por un imprevisto, uno va a llegar tarde a una cita o reunión (algo, de entrada, imperdonable), si el retraso supera los 15 minutos es inexcusable llamar por teléfono.

Discúlpese, explique los motivos del retraso, indique cuando piensa que puede llegar y pida a los anfitriones que vayan empezando, que ya se incorporará usted más tarde.

Cuando llegue, discúlpese nuevamente de los anfitriones y a continuación del resto de invitados
Por último, si es usted el anfitrión y uno de sus invitados se retrasa una eternidad, sin llamar para dar explicaciones, arruinándole la cena y la velada, originando un conflicto familiar....

... cuando asome su bella cara angelical por esa puerta, no le riña, no le pegue, no le tire por la ventana, simplemente pregúntele si el café lo toma sólo o con un poco de leche.

Dar la mano, un abrazo, un beso...

El saludo entre dos caballeros siempre será un apretón de manos:

El apretón de manos debe ser con determinación: ni muy corto (que parezca que le resulta molesto) ni muy largo.

Firme: no ponga la mano blanda (que parezca que es de goma), ni apriete en exceso (no se trata de dislocarle los huesos a la otra persona).

La mano se mueve ligeramente: no sacuda el brazo ajeno, cual descarga eléctrica.

Siempre mirando a los ojos y con la mejor de sus sonrisas.

Si le suda la mano tenga la precaución de secársela antes de darla (no es especialmente agradable estrechar una mano húmeda).

A la mujer no se le estrecha la mano, si ella la ofrece se le toma con delicadeza.

Si lleva guante ha de quitárselo antes de dar la mano.

Si existe gran confianza entre dos personas (dos hermanos, amigos de la infancia, padre e hijo...), se puede abrazar, dar un beso en la mejilla, o una palmada en la espalda:

De todos modos, trate de no abusar de estas formas más efusivas (si no, que va a dejar para los amigos)

Cuando se va a saludar a una mujer, espere a que ella le ofrezca su mano, ésta se tomará suavemente e inclinando la cabeza se hará el ademán de besarla (recuerde que no se llega a besar).

No trate de besar en la mejilla a una mujer que le acaban de presentar (puede que no le guste). Espere a que ella tome la iniciativa (ofrecerá la mano, acercará su mejilla...) y obre en consecuencia.

Entre dos mujeres lo correcto es un beso en la mejilla (dos mujeres no se dan la mano ni se abrazan)

Según el país se darán uno o dos besos (o puede que tres):

En Europa se suelen dar dos besos

En Latinoamérica lo normal es un beso

En Rusia se besa tres veces

Por último, antes de saludar, si el caballero lleva sombrero, se descubrirá, mientras que la mujer no tiene obligación de descubrirse.

Presentaciones

Si usted organiza una fiesta o reunión, como buen anfitrión debe procurar presentar entre sí a los invitados. También, si coincide usted con dos amigos que no se conocen entre sí, debe proceder igualmente a presentarlos.
¿Cómo se realizan las presentaciones?
Hay una regla básica que debe tener siempre presente: la persona menos importante se presenta a la más importante, por tanto:
  • El joven debe ser presentado a la persona de mayor edad.
  • El hombre debe ser presentado a la mujer.
  • El subordinado debe ser presentado al jefe.
  • La persona de menor categoría profesional o social debe ser presentada a la de mayor categoría.
  • La familia debe ser presentada a un tercero.

Basta con indicar el nombre y apellido de la persona presentada. Si la presentación se realiza en una reunión o fiesta sería aconsejable dar alguna información sobre las personas presentadas, a efecto de facilitar que pueda surgir entre ellos algún tema de conversación:

Ejemplo: Te presento a Emilio de la Puerta, abogado y gran amante de la pintura. Por cierto, acaba de regresar de un viaje por Argentina.
Pero con moderación:

Ejemplo a evitar: Te presento a Emilio de la Puerta, hombre de honor, amigo de sus amigos, estudiante destacado que curso la carrera de abogacía con premio extraordinario. Esposo amado y padre de familia ejemplar. Modelo de rectitud y de decoro, ciudadano cumplidor, que paga sus impuestos.


Si usted está sentado y le presentan una persona debe levantarse en señal de respeto. Sólo la mujer puede seguir sentada, aunque debería también levantarse si le presentaran a una señora de mayor edad o a un señor de elevada posición social.

Si usted organiza una fiesta de pocos invitados su obligación es presentarlos a todos. Si los invitados son numerosos, no estará obligado a presentarlos a todos, pero sí debe vigilar que ninguno de ellos deambule por la fiesta como "alma en pena", tratando de incorporarlo a algún grupo.


La autopresentación es aceptable en algunos casos. Así, si asistiera a una fiesta y no fuera presentado, puede recurrir a autopresentarse: diga su nombre y apellido, añadiendo algo del estilo de "tenía muchas ganas de conocerle", o "me han hablado mucho de usted".

Tu o Usted

Elegir a veces entre utilizar el Tú ó el Usted plantea problemas y se puede llegar a actuar incorrectamente. En esta lección señalaremos algunas reglas que pueden serle de utilidad para saber que hacer en la mayoría de las situaciones.
  • De entrada, no se debe abusar del tuteo, aunque sea cada vez más frecuente: la otra persona se puede sentir molesta por tanta familiaridad.
  • Tenga presente que se puede meter la pata por tutear indebidamente, nunca por utilizar el Usted, pero tampoco caiga en situaciones ridículas: no llame de Usted a su padre o a su madre.
  • Cuando se dirija a un desconocido lo correcto es utilizar el Usted, especialmente con personas de mayor edad o posición social, pero lo mejor es utilizarlo con cualquier persona (sólo se puede tutear de entrada a los niños).
  • Cuando la relación se desarrolla, es la persona de mayor edad o categoría social, o, en su caso, la señora, la que debe proponer el "tutearse", que será aceptado inmediatamente con una sonrisa en los labios.
  • No tutee a un camarero que le esté tratando de usted y menos aún si se trata de una persona de cierta edad (no se comporte como un "señorito").
  • No tutee al taxista, ni a la mujer del servicio, de le el respeto que se merecen. Por cierto, tampoco ellos le deberían tutear.
  • En el trabajo puede tutear a los compañeros, pero al dirigirse a su jefe sea prudente y utilice el Usted; espere que sea él quien proponga el tuteo.
  • Si un amigo le presenta a un amigo suyo puede tutearle, salvo que por edad o posición social sea aconsejable utilizar el Usted.